Algunos amigos me han preguntado por qué no colocaba en el centro a los protagonistas de las escenas.
¿Se trataba de alguna manía? ¿Por qué los puntos de interés los descentraba?
Bueno, en realidad colocar al punto de interés centrado en la imagen es el segundo error más frecuente de los neófitos en este arte (el primero es no acercarse lo suficiente al protagonista).
La cabeza del protagonista en el centro de la imagen, arriba, a la derecha y a la izquierda espacio sin interés y por abajo los pies cortados… estamos hablando del Ojo de Buey.
El Ojo de Buey es una toma que proyecta una sensación estática de la escena, lo que se sintetiza en una imagen que proporciona poco interés al espectador.
Para ilustrar la teoría he seleccionado una escena muy simple: Un solitario árbol en un verde prado. En la primera toma, presentamos el punto de interés centrado en la imagen.

En el segundo ejemplo hemos descentrado el punto de interés.

Como podréis comprobar la segunda opción es más atractiva y sugerente que la primera.
El uso de la Regla de los Tercios y otras reglas y leyes compositivas nos ayudarán a captar imágenes dinámicas, con fuerza y belleza que cautivarán al espectador.
Las normas y leyes de composición nos ayudan a crear con ciertas garantías imágenes atractivas, aunque conociéndolas y a propósito se pueden y deben romper algunas veces para conseguir otros efectos o resultados.