Las jaimas son tiendas de campaña que utilizan los nómadas como viviendas en el desierto.
Al término de una sesión fotográfica al atardecer en las dunas marroquís, nos encontramos a unos amigos saharauis de nuestro guía Mahjoub. Como muestra de su hospitalidad nos invitaron a pasar a una de sus jaimas y a compartir un té moruno con ellos.
Aquella situación la había vivido años atrás en el desierto de Wadi Rum (Jordania). En aquella ocasión fueron unos bereberes los que nos obsequiaron con su generosidad y simpatía.
Esta es una pequeña jaima que se encontraba a pocos metros de la tienda donde nos tomamos la infusión.
Abertura f8
Velocidad 1/6sg
Objetivo Canon EF 24-105/4 L IS USM.
Longitud focal 35mm
Modo Manual
Medición Evaluativo
ISO 100
Calidad RAW
Recortada un 20% en altura.
Trípode.
Para mi gusto tanto la composición como la técnica son perfectas, a mí me encanta.
La hospitalidad es sagrada en esas tierras. Además ganan indulgencias para el paraíso, y no es broma. En un viaje al Kurdistán tuve que tomar té, agua y nísperos…seis veces en 30 kms! No podías decirles que no, lógicamente. Luego las pasé canutas, como es fácil imaginar…ja ja. El sol del desierto de Anatolia y eltraqueteo de la moto hizo el resto. Lástima de pertenecer esos recuerdos a mis tiempos sin cámara. Menudas fotos habrían salido!
Supongo que no se ven muchos árboles en el desierto, pero ese apareció para equilibrarte la foto.
Muy chula.
Un abrazo.
No es el Sheraton, pero seguro que os trataron mejor que en un gran hotel.
Una tonalidad cálida muy acorde con los colores que nuestro subconsciente asocia al desierto… y sin quemar el fondo!.Buena foto y buen recuerdo.
ahi un te sabe mejor, un saludo.
Fabulosa, muy bonita, tonalidad espectacular. Se han dado las mejores condiciones para la foto.
hermosa toma!!!
Me transmite una enorme tranquilidad.
es preciosa!
un abrazo
¡Qué curioso el matorral ese en medio de la nada?
Los colores son tan naturales que me transporta al lugar, casi puedo oler el té moruno… Gracias pro este free trip.
preciosa foto juan… que envidia de viaje y de experiencias. un abrazo.